El AHORA

Esos días en los que uno tiene tiempo y mira tras los cristales. Y empiezan a focalizar en todas las etapas de su vida, las buenas, las malas y las regulares. Unas estampas,  que a medida que han ido pasando el tiempo han ido perdiendo forma para esfumarse como humo de un cigarrillo. Otras tal vez, hicieron más mella en nuestro corazón, pero a medida que vamos haciéndonos viejos van perdiendo valor, para reconvertirse en la esencia del principio. Es algo distinto, es una burbuja dentro de mi propia existencia. Se abre una puerta paralela a todo aquello que hemos vivido y ahora tal vez, ahora, es cuando valoras y dejas atrás otra serie de cosas que guardas más allá del corazón, para quedarte con la superficie, esa que ni duele ni padece. Esa que es justo aquí y ahora, sin preocuparte de mucho más. 

Y ahora es cuando te llega a la memoria flashes del pasado y del ahora y observas como pudo ser que por ambas partes lo hiciéramos tan mal, para llegar a este punto del no retorno. Porque la vida se acaba y no habrá otra vida y si la hay, lo mismo no somos los mismos ni partimos con las mismas personas o familias. Y a veces, te entra la pena, porque la distancia sin pensarla es maravillosa, pero el que vive fuera se crea un escudo para no sufrir, un armadura para que el dolor no aparezca, para enterrarlo dentro de nosotros mismos. Cuando las idas, son mas dolorosas que las vueltas, decides no volver, con la misma intensidad.  Y el tiempo pasa para todos, para mi y para mi entorno. Hay momentos que no volverán nunca. Y lugares que no llegarán. 

La vida interpone disfrutar del momento, aún con todo lo perdido y con todo lo que esta por llegar, tan positivo y tan bonito. 

La vida me dice quédate con esto, con estos días, con lo que la vida te siga regalando, con aquello que es bonito, con el pasado, donde fue bonito. Intenta no alimentarte de lo que no lo fue. Y llena tu corazón, de amor y de buenos encuentros, que eso es lo que llena el alma de vida.