sábado, 25 de enero de 2014

Te quiero Preciosilla

Gracias por respirar. Gracias por levantarte cada mañana y buscar entre tus pocas fuerzas lo necesario para seguir para delante. No estoy contigo allí, pero, sabes que dentro de mi hay un lugar especial para ti. Gracias por combatir las dificultades, las económicas, que se que agobian mucho, las familiares, que son una de cal y otra de arena, como todos y las diarias, que no por eso estamos más acostumbrados. Gracias por tu cariño. Gracias por tu sinceridad, por escucharme, por descolgarlo, por escribir. Gracias por cada uno de los momentos en los que me dedicas una palabra. Gracias por quererme. Gracias por aceptarme tal como soy. Gracias por respetarme. Gracias por ser mi familia. Gracias por ser mi alma. Gracias por ser mi mejor amiga. Gracias por ser una persona autentica y singular. Gracias por tu cabezoneria. No te cambiaria por nada ni por nadie. Gracias por ser tu, la mejor. Te quiero Preciosilla!!!

Sorprendida!!

Hoy, he conocido a alguien especial. Solo con sus palabras y con unas carcajadillas me ha trasmitido mucho más que cualquiera de los que pasan a diario por mi vera. Una señora de los pies a la cabeza. Sencilla. Humana. Cercana. Y muy muy alegre. A pesar de no estar en su mejor momento. No quiere decepcionar a la familia politica de su hija, quiere que todo salga bien para la boda que tienen en unos dias. Está ofreciendo las mejores galas, aún casi sin tenerlo, para no decepcionarse a ella misma. Emotiva. Son dias complicados porque se separa de su hija, que marcha a otra ciudad y está muy unida a ella. Hace lo imposible por agradar. Una mujer, que es totalmente transparente. Sencilla. Muy amorosa. Responsable y muy luchadora. Busca entre lo mejor, para darles a su familia el mejor aspecto para ese dia tan señalado. Una señora muy agradecida con la vida, con el presente, con este presente, con ahora. Increiblemente una mujer para hoy quitarme el sombrero.

jueves, 23 de enero de 2014

Odio a los pijos que no lo son!! Solo por aparentar

Desde pequeña recuerdo en clase hablar de las máscaras. No esas que te pones para disfrazarse en una chirigota para los carnavales o la que algunos usan para la fiesta norteamericana, ahora de moda en España, Halloween; ni tampoco aquella que utilizamos para hacer reír a los niños ... sino otra mucho más grave y que a la larga nos trae grandes problemas. Esa máscara que algunos buscan para aparentar quienes no son, en relación a marcas de ropa que gastan por encima de sus posibilidades, para posicionarse ficticiamente en un ángulo distinto al que realmente son. O esa máscara que usa otra parte de la sociedad, para ser más agradable, amigable, cariñoso o cualquier otro sinónimo, a grandes escalas,  definiéndolo de hipócrita. Puesto que todos tenemos días y días para actuar desde un punto al otro.  Y esas máscaras que muchos usan dependiendo de las modas, que son como corderos y van donde va la sociedad. Si ahora se lleva esto, pues todos a por ello, aunque la mayoría no les guste lo que hacen, pero, con solo hacerlo para aparentar delante de amigos y conocidos, pues bien hecho está.
Nunca entendí aquello de las marcas de ropa, desde pequeña lo he vivido con amigos y conocidos. Y sinceramente es tan triste, ver a personas que no tienen para vivir pero, sacan lo que sea por un reptil o por un signo visto, solo para aparentar quienes no son. Que te quedas flipado. Defiendo al que se compra las marcas porque le gusta, por su precio en rebaja, o porque se lo puede permitir en temporada.
Recuerdo que en una ciudad cerca de donde vivo,  había una modista que hacia arreglos, para pegarle en la prenda marcas que los propios clientes les llevaban pero, el abrigo le costaba dos duros.
Algún día aprenderemos que las marcas, es solo la apariencia de la persona; que lo importante es el interior, vaya donde vaya y tengas la clase social que tengas... lo demás son milongas e historias para no dormir. Sinceramente yo lo detesto desde pequeña.

martes, 21 de enero de 2014

Haz realidad tu sueño!!

Apareces en cualquier parte. No importa el momento. A veces por la mañana, cuando uno está recién levantado. Otras veces, lo haces solo por la tarde. Y la mayoría por la noche, cuando las cosas se ven siempre mucho más negras, de lo que realmente son. No sales siempre de los mismos labios. A veces, te pronuncian, amigos, a los que se le quiere demasiado, para soltarles lo que deberiamos en ese momento. Otras veces, es la familia, aquella que se mete más de lo correcto en tu vida. Otras veces, son personas que te envidian, tal vez no por esto, pero, si por otros motivos y aprovechan cualquier ocasión para intentar quitarte de la cabeza o hundirte, para ver siempre lo peor de lo que haces. O esta misma gente, es la que después habla por detrás como si ellos fueran los pilares fundamentales de tu vida. Unos hacen caso omiso de lo que dicen y otros, depende de la forma de cada uno, les hacen más caso, y sino tienes en ese momento la fuerza suficiente para mandarlos bien lejos, desaprovechas tu vida y no cumples tus sueños. Desde aquí a toda a esas personas que solo ven en otros sus defectos, que se observen bien en el espejo más cercano y hagan realidad sus sueños, sin querer perjudicar el de los demás.