domingo, 12 de agosto de 2018

Nunca te acostumbras al dolor

Llaman por teléfono o escuchas un audio de una persona cercana a ti, de alguien a quien quieres y te da una mala noticia y tu cuerpo se paraliza por un momento deja de funcionar. Algo dentro de ti, se rompe en mil pedazos para irse formando de nuevo a medida que la noticia es asimilada y terminas de hablar con el emisor. Mientras un nudo se hace en la boca del estómago, como si todos tus nervios se acumularan de toda tu vida justo ahí. Y sueltas todo el aire que dejaste bloqueado en el esófago para soltarlo con la misma que lo asimilas. Nunca nadie se acostumbra al dolor, a lo malo, por más que escuches, no te acostumbras. Es algo que nunca podemos llegar a controlar, un accidente de moto, de coche, en la cocina, en la ducha, paseando, en el trabajo... Nuestra mente ya gira dia a dia con tantas complicaciones y con tantas otras que nosotros le creamos que no da para mucho más. Y si que es cierto que cuando estás lejos tu cabeza no la sitúa en la realidad, siempre piensas que no te dicen la verdad de todo para no herirte y siempre se almacena un pellizco justo en el corazón. Feliz por que mi noticia fue buena al fin y al cabo y a su ángel de la guardia le debo un par de cervezas.