miércoles, 29 de enero de 2014

Vamos te espero, no tardes!!!

Sinceramente, que pocas veces decidimos estar bien. Sí, porque esto es algo del coco, de la cabeza. Somos dueños de todo lo que nos ocurre, puesto que somos los que creamos esa perspectiva para ver desde nuestro mirador la vida. Cuantas veces nos ha pasado lo de mal interpretar una situación de una persona querida por su expresión y es que realmente la llevábamos en nuestra mente una semana, creando hipótesis de lo que pasaría y a final ni punto de comparación con lo que ocurre pero, siempre llegas en alerta. Y luego analizas y si pones un tono distinto ya no es tanto lo que decía. Pero, nos pasa a diario.
O la gente que enferma con frecuencia, la garganta (bloqueo por no decir lo que realmente sientes, por callar demasiado... ), el estomago (nervios, ansiedad, ...), la rodilla (miedos), la espalda (por cargarnos con mochilas que nos pertenecen, por no relajarnos ante una situación...) y así todo. Siempre lo cargamos a bajada de defensas pero, interiormente cada uno sabe porque enferma en una cosa o en otra, debido, a lo que cada uno arrastra en su mente.
De trescientos sesenta y cinco días, cuantos días nos levantamos con el humor 100 por cien. Una, dos, tres, ocho... al año? Y no será porque todos tenemos mil cosas por las que alegrarnos diariamente. Somos muy pidones o exigentes con la vida. Y sí a todos nos ocurren también circunstancias que desearíamos que no ocurrieran, pero, que nos acompañaran el resto de nuestra vida, porque nadie quedara aquí. Pero, estoy segura que de cien cosas al día que nos ocurren, dos son regulares, pues seguro que nos pasamos horas y horas desaprovechando nuestro tiempo en pensar en esas pequeñeces en vez de  estar alegre y contagiarlo por el mundo a diestro y siniestro. El mundo nos espera fuera y esta en plena depresión. El médico le ha mandado sonrisas por doquier. Nos esperan, vamos!!! No tardes!!! Te espero!!!

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