lunes, 17 de noviembre de 2014

El niño

"Niños tímidos se esconden detrás de las faldas de las madres al llegar a la guardería, porque temen ser abandonados por sus progenitores, aún siendo unas horas. Encerrados en sí mismos. NO manifiestan aquello que les gusta ni siquiera cuando sufren, nada que tenga que ver con sus sentimientos. Balbucean. A veces tartamudean. Muy sensibles. Tardan en hablar mucho tiempo, lo mio fue a los tres años. Mientras sus padres discuten el colegio que formara parte de su niñez y posteriormente de la adolescencia. Colegios populares con renombre. Niños que aún no entienden que es aquello de sentarte y no levantarte en horas para aprenderte cien folios, que en el dia de mañana no servirán para casi nada. Colegios público (a los que cuales yo estoy agradecida, en los cuales encontré a mis amigos de siempre) y colegios privados (buenos en otras cosas y encontré más amigos que forman parte de mi dia a dia). Obligación de la sociedad. Que ni siquiera crea una escuela para potenciar lo que realmente al niño le viene dado, como don. Niños extrovertidos, les encanta llamar la atención. Participar y preguntar en las horas de clase. Les falta tiempo. Les aburre que otros vayan más lentos y les incordia que estén en clase. Estudiosos o empollones. Aman estudiar. Crean rechazo ante los que no van a su ritmo. Siempre en todos sitios ha habido eso que llamaban de forma despectiva los repetidores, como si eso fuera una enfermedad contagiosa, o algo parecido. Empiezan a crear dentro de esos seres un rechazo. Miedo por mostrar las notas. Pánico por enfrentarse a situaciones concretas. Voces que hacen temblar todo tu ser. Ganas de quitarte de enmedio. Depresión. Campos de lágrimas sin descanso. Amenazas por no cumplir tus obligaciones. Se crea una responsabilidad en tu persona mayor de la que te corresponde. Heridas que duran años. Confianza cero. Al tiempo descubres que simplemente todo el mundo no puede amar las mismas materias. Hay personas que están destinadas a estudiar sin descanso. Aman eso. Otros tal vez deban dar más vueltas para encontrar aquello que le haga desvivirse y sentirse libres y felices. Supongo que los niños somos más complicados de lo que parecemos de mayores. Y las decisiones correctas no se saben hasta el tiempo. Pero, siempre digo... que cada niño es distinto. Cada uno es un mundo. Y no quiere decir que todos busquemos lo mismo. Hay que saber escuchar a ese niño/a. "

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