jueves, 18 de mayo de 2017

Te quiero demasiado para olvidarte!

Tranquila, desde el anonimato te observé, como si nuestras vidas no se hubiesen cruzado y como si nuestra historia de amistad no hubiese comenzado nunca. Te observé, no te conocía. En aquel momento, noté dentro de mi, que comenzaba una etapa tan diferente para nosotras, que estaba segura que no notarías nunca. Me sentí, tan decepcionada, que más tarde comprendí, que te había dado demasiada importancia, y me había olvidado de mi misma, para que tu situación personal, fuera lo más fácil posible. No me arrepiento. (No suelo arrepentirme de nada de lo que me nace desde el corazón, no lo hago con apego al resultado). Recuerdo, años atrás, a ver respirado casi por ti. Me paré, frente aquella fuente, que me dio la clave de todo esto. No era posible, que mi amiga, la que me enamoro por su saber estar, por sus risas y sus encantos, estaba justo delante mia, ignorando que había llegado. A veces, pienso que los divorcios o las separaciones o simplemente el enamoramiento, no solo debe ser entre padres o parejas. Las relaciones todas en general, están basadas en amor de una forma u otra. Cuando las relaciones surgen, en este caso de amistad, y van creciendo, nos vamos enamorando de su forma de ser, de la confianza que tenemos, de las relaciones con la familia, a veces... pensamos que es justo ese lazo de unión familiar que uno decide en su vida tener. Las experiencias, siempre son compartidas, justo esas miles de anécdotas que tienes junto a esos lazos, que saben más de ti, que tú mismo. Ni uno mismo recuerda tantas historias o risas y justo charlando se recompone la historia. Son muchos años, podríamos decir más de 20. Hoy de esta fuente, han pasado ya dos años y pico. Y tenía razón, cuando mi corazón dijo que esta etapa sería distinta a las vividas. Mi amiga se marchó hace ya cinco años aproximadamente. Su situación personal se la llevó. Se llevó sus risas, sus encantos, su entusiasmo, su todo. Nunca más estuvo ella. Mientras, la vida me dejó otra, pero, me he ido desenamorando poco a poco, debido a las formas y a esa actitud que a veces la gente tiene con los que más se entregan. Es como si al verla mi mente la encajara justo en momentos pasados, en momentos vividos. Mi mente no entiende de rencores ni de reproches, ella está situada en muchos años atrás, pero, mi corazón sabe que esa persona que está frente a mi, no es ni por un asomo, mi amiga, la que elegí hace ya muchos años atrás. En esta etapa tan diferente, siento que me habla como una extraña, me ignora o simplemente toma decisiones no muy normales entre amigos. Me cuesta, cierto es bastante llegar a aceptar esta situación que se escapa de mi corazón. Pero, me quedo con lo más bonito que hay nuestra amistad pura y dura de casi de 25 años, con todas nuestras risas y nuestros encantos particulares. Eso no lo cambiará nunca nadie. Vive en estado puro y vive dentro de mi corazón y de mi mente. No habrá nada ni nadie, que cambie nada de mis sentimientos hacia ti. Nuestra relación se paró, hace no se cuanto tiempo y allí sigue viviendo, como si nada nuevo hubiese pasado. No se irá de ahí jamás. Siempre fui partidaria de que la gente no cambia, ni para bien ni para mal. Pero, hoy puedo decir, que las situaciones traumáticas de cada uno, puede hacer que uno tome un rumbo completamente diferente a la vida que había tenido hasta entonces y abandonar literalmente a todos los más cercanos y queridos. Es un trabajo, que cuesta asimilar. Pero, siempre estaré aquí para cuando me necesite. Tal vez, el tiempo esta vez juegue un papel fundamental y la vida le recuerde quienes eramos sus amigos. Hasta entonces, poco puedo hacer. Porque es como si luchase contra una pared. La vida a veces te da sorpresas, algunas buenas y otras difíciles de asimilar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario